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Créditos

Tato Santiago – Piano y teclados

Zoraida Santiago – Voz

José Flores – Guitarras

Tony Asencio – Bajo

Javier Hernández – Percusión

Eloy Cruz- Batería

Benytza Toro – Coros

Miguel Rodríguez – Violín en La risa del viento

 

Dirección musical y arreglos- Tato Santiago

Producción- Enrique Benet

 

Grabado en Playbach Studios en julio y agosto de 2024

Ingeniero de grabación y mezcla: Carlos Velázquez

 

Ilustración de carátula: Coqui Santiago

Masterización: David Rodríguez

Arte gráfico: Aurora Comunicación

 

DISCOS MILA (DM 007) 2024

Derechos reservados.

©Zoraida Santiago

©Discos Mila

Todo comenzó en abril pasado, cuando leí el poema de Refaat Alareer, Si tengo que morir, en la página de FB de Áurea María Sotomayor, traducido por ella. Me comuniqué para consultarle sobre la posibilidad de cantar el poema, y de inmediato me animó a hacerlo. Dado que era urgente cantarlo, hice la música, se la envié a Tato, y en junio estaba en el estudio grabándola. Cuando escuché ese piano de Tato, con una maravilla de arreglo y ejecución, decidí que no terminaría ahí. Justamente seis años se cumplían de la grabación de nuestra producción anterior, Algo más que rabia. Entonces decidí que había grabado la primera canción del nuevo disco, y que íbamos a continuar. En julio y agosto ensayamos y grabamos, y este es el producto de ese estuerzo. Todas las canciones incluídas las compuse luego del 2020, algunas durante el confinamiento, otras después. Y hay varias que trabajé por un impulso creativo que se me metió por dentro, en las últimas semanas, y que darían finalmente título y sentido a este conjunto de canciones. Y luego Coqui identificó en una hermosa imagen de la Rosa de los vientos el espíritu de mi Hoja de ruta. Siento que todo fluyó como un proceso espontáneo, al que se unieron sin titubear los compinches musicales que me privilegian con su trabajo y su amistad. Gracias, mi tribu. Este trabajo es de ustedes. Tato, Joselito, Tony, Javi, Eloy y Benytza. Ustedes son inspiración. Y por supuesto, Quique, que al igual que ustedes, dice que sí a todas mis locuras.

Letra y música Zoraida Santiago

Voy a retar, provocar 

resistir, reclamar, 

Sentir, ubicar, 

Pensar, redimir 

Voy a buscar, implicar, 

Aprender, disentir, 

Preguntar, intuir, 

Albergar, construir.

Voy a volver a mirar 

La memoria, el hogar 

Recordar, rescatar, 

Revivir, reafirmar. 

Voy a escuchar, voy a estar 

Siempre abierta al azar, 

Y acordarme de cuánto viví 

Sin temor a enfrentar el dolor. 

Y mi ruta seguir, 

sin dudar, ni flaquear, 

Ni odiar, ni destruir, 

Ni abusar, ni resentir, 

Ni asumir, ni someter, 

Ni proclamar la verdad 

Ni mandar, ni pregonar 

Ni predicar, ni condenar. 

Voy a tomar para mi 

Solo lo que he de precisar 

Y procurar que tu voz 

Pueda volver a cantar 

Y en ese canto buscar 

El tesoro más vital 

La raíz desde donde partir 

Y tendrá eco tu voz otra vez. 

Letra y música Zoraida Santiago

Cada lágrima 

Cada grito 

Cada rayo de luz 

Cada milagro 

Todo se quedó 

Permanece 

Como huella indeleble 

En la memoria. 

Cada pretensión 

Cada pensamiento 

Lo fugaz del amor 

Que se hizo eterno 

Nada se fue 

Todo queda 

En la esfera intangible 

De lo creado. 

Cada palabra 

Cruel o amorosa 

Cada mirada 

Dulce o feroz. 

Cada iniquidad 

Cada aflicción 

Cada abrazo gentil 

de compasión. 

Nada se va 

todo se queda 

Como tú, como yo 

Como la vida que pasó. 

Letra y música Zoraida Santiago

Por fin, por fin, 

Agüita de cielo para mi jardín, 

Despierta el deseo 

de volver a abrir el corazón 

a las querencias que forjé 

y a las urgencias que viví 

en otros tiempos de utopías. 

Por fin, por fin, 

Después de tanto desvarío 

Es hora ya

de comenzar a imaginarse 

caminos más amables 

maneras más sensibles

de vivir. 

Abrir los anchos brazos

del amor, 

para albergar la inmensidad 

de la desdicha compartida 

Saber que hoy

se juega el porvenir 

El indomable anhelo de vivir 

Persistirá 

Se asoma al fin 

Agüita de cielo para mi jardín 

Mojando las hojas 

En un suave canto de cristal 

hace volar al corazón 

Y en este espacio

donde albergo tanta vida 

Hoy me permito

recibir con alegría, 

por fin, agüita de cielo

para mi jardín. 

Agüita de cielo para mi jardín. 

Letra y música Zoraida Santiago

Me convoca la risa

milenaria del viento 

Los aromas que esparce 

soplando desde el mar 

No me siento cansada 

a pesar de que el tiempo 

Me acosa con su empeño

por verme desmayar. 

Aún siento la pasión

que mueve el corazón 

Y escribo mi canción sin ignorar 

que a mi alrededor

se crece la desilusión 

la sinrazón que veo envenenando al mundo. 

Pero quiero afirmar

la verdad del deseo 

Todavía no mueren

las ganas de crear 

Mientras haya horizonte, 

me hallarás caminando 

Paso a paso soltando

una que otra canción. 

Convocada por la risa

milenaria del viento 

Y el aroma silvestre

que trae del mar. 

Letra Zoraida Santiago

​Música Roy Brown

Que le pidan cordura

a los que roban y matan

Con el único fin de saciar su codicia.

 

Que le pidan cordura

a los que viven del odio

Y con golpes de pecho

se santiguan y rezan.

 

Que le pidan cordura

a los que hacen la guerra

Cualquier guerra homicida

que produzca riqueza

 

Que le pidan cordura

a los que esgrimen sus trucos

Para hacerse los héroes

y vivir de prebendas.

 

Cuán absurda la idea

de pedirle cordura

a quien yace derrotado

a la orilla del mundo.

 

¿Quién le pide cordura?

¿Quién le pide cordura?

No hay cordura posible

cuando aprieta el dolor.

 

Que se quema la vida,

que se impone la muerte

Que nos queda tan solo

la rabia y el rencor.

 

Que siento una rodilla

que me ha quitado el aire

Que no respiro ya

en el eco de la muerte.

 

¿Quién me pide cordura?

¿Quién me pide cordura?

¿Qué cordura es posible

si se ausenta el amor?

 

Sólo queda la rabia,

la rabia y la impaciencia

La enorme soledad

que empuja hacia la nada.

 

La cordura es un lujo

cuando el grito se ahoga.

Que le pidan cordura

a un mundo sin amor.

¿Quién le pide cordura?

¿Quién le pide cordura?

No hay cordura posible

cuando aprieta el dolor.

Letra Refaat Alareer

​Música Zoraida Santiago

Traducción: Áurea María Sotomayor

Si tengo que morir 

tú vivirás 

para contar mi historia. 

vender mis cosas 

comprar un pedazo de tela 

y algunas cuerdas, 

(hazlo de tela blanca y con un largo rabo) 

para que un niño,

en algún sitio en Gaza 

mientras mira el ojo del cielo 

esperando a su padre

que partió en una llamarada 

-sin despedirse de nadie 

ni siquiera de sí mismo- 

vea el volantín que hiciste,

volando alto 

pensando por un instante

que un ángel está allí 

retribuyendo amor. 

Si tengo que morir 

traigamos la esperanza 

en ese volantín. 

Letra y música Zoraida Santiago

Qué sería de nosotros sin el sol

Pero no solo por la luz

que nos alumbra

O por la vida que sostiene

con sus rayos,

O su calor, que también.

Sino como metáfora del tiempo

Porque permite hablar

de amaneceres

Porque rompe oscuridades 

Porque todos los días sale el sol.

Pero vaya a saber usted que no

Que en el mundo no siempre

sale el sol para todos

Hay quienes amanecen con el sol

Y hay quienes amanecen

con la muerte

Que aquella oscuridad

no la disipa el sol.

Que sería de nosotros

sin la lluvia

Pero no solo

porque alivia las sequías.

Ni por los ríos que alimenta

con sus aguas

Al caer, que también.

Sino porque al llover

llega la calma

Porque promete tiempos

de retoños

Se lleva la tristeza,

de paz nos llena el alma.

Es bálsamo

que aquieta el corazón.

Pero vaya a saber usted que no

Que la lluvia es de fuego 

donde hay nubes de miedo

que en este mundo

ciego y sin amor

desde el poder

se desprecia la vida

porque allá solo llueven tragedias y dolor.

 

Qué sería de mi alma

sin tus ojos.

Que me provocan

la canción de la esperanza.

Qué sería de mí,

si me callara alguna vez

Y no cantara

lo que tengo que cantar

Si no cantara

lo que tengo que cantar.

Qué sería de nosotros

sin la tierra 

Que sería de nosotros sin el mar

Que sería de nosotros

sin los otros

Qué sería de mí, que sería de ti

Que sería de mí.

Letra y música Zoraida Santiago

Extraño el bullicio de las calles llenas

La gente charlando y cantando sus penas

Extraño las luces de viejos faroles

Alumbrando aceras colmadas de pueblo

 

Extraño el abrazo que espera a la puerta

La mano tendida, la sonrisa abierta

Extraño las risas, los cuentos, las copas

Que se alzan en brindis una y otra vez…

 

Pero qué extraño, yo tan solitaria

Tan metida en casa, tan esquiva al viento

 

Yo, que vivo en busca

del tiempo hacia adentro

Yo que tengo arena metida en los ojos

Que extraño, qué extraño

Que extrañe bailar sin sentir el cansancio

porque el cuerpo anhela llenarse de luz

Yo extraño, las horas perdidas

En compás de espera de un aire de mar.

 

Extraño los días de playas en fiesta

Alzando entre todos castillos de arena

Jugando a olvidarse

que el tiempo nos quita

Cada día un poco de felicidad.

Letra y música Zoraida Santiago

Hay cegueras que vencen los sueños 

Que dejan sin ojos a la humanidad 

Son cegueras que el tiempo no cura 

Porque nos seducen cada día más. 

Hay cegueras que son contagiosas 

Y en ellas se vuelca la hiel del dolor. 

Que nos ciega el brillo de las cosas, 

Objetos que esconden

paisajes de horror. 

Ay la ceguera ceguera 

De estar ciegos moriremos 

locos buscando a tientas la luz 

Tropezar será siempre el destino fatal 

Vieja mentira que vuelve a triunfar 

Artificio letal del olvido. 

Multitudes se agolpan a ciegas 

Van entretenidas con juegos de azar 

Y se apuesta el futuro de todos 

En una ruleta de ciego girar. 

Y se apuesta al dinero, al poder, 

A la torpe inconsciencia

que niega el amor 

Y creemos que por pura suerte 

Algún dios humano nos traerá salvación. 

Y se advierte ya, y se acerca, 

Y se siente ya la secuela 

Cuánto tiempo más, cuánta soledad 

Quedará al final de esta carrera. 

Nanananana nananana

 

Ay la ceguera ceguera 

De estar ciegos moriremos 

locos buscando a tientas la luz 

Tropezar será siempre el destino fatal 

Vieja mentira que vuelve a triunfar

Artificio letal del olvido. 

Letra y música Zoraida Santiago

Cuando vuelva la alegría

vendrá como un torrente.

Todo lo inundará como diluvio fiero

Con la ternura nueva del sol recién nacido.

Cuando llegue la alegría.

 

Cuando vuelva la alegría

el aroma de un lirio

Nacido de una lágrima de Eva desterrada Circundará la tierra arada para el sueño.

Cuando llegue la alegría.

 

Oh cuándo, cuándo, cuándo

Será para nosotros

el delirio febril de la belleza

 

Será cuando nos tengamos cerca

Será cuando nos queramos cerca

Será

cuando hagamos del invierno primavera.

 

Cuando vuelva la alegría

lo hará de nuestra mano.

Ella será el crisol de nuestras melodías.

Regará la raíz que engendrará la vida

Cuando llegue la alegría.

Letra y música Zoraida Santiago

Detrás de una canción

hay resistencia y soledad 

hay una idea sin labrar 

cuando se asoma al corazón 

Detrás de una canción 

hay mucho de complicidad 

Mucho de duda y ansiedad 

Porque se quiere decir tanto 

Y ese tiempo es breve y ya se va…

Ya se va 

Detrás de una canción 

Hay muchas almas que se afanan 

Mucha pasión que se derrama 

En cada nota y cada voz 

Es forma de estrenar

otra manera de pensar 

Otra manera de sentir

otra manera más alerta 

de existir buscando más allá…

más allá.

Detrás de una canción

hay una historia 

Hay una humanidad

buscando ganas 

Es un mundo creado

desde las soledades 

Para alumbrar los tiempos

que faltan por andar 

Es la expresión de esfuerzos,

de solidaridades 

De abrazos y miradas sin ensayar. 

Detrás de una canción 

Hay unos dedos que trabajan 

Hay unos cueros que se tensan 

Hay unas cuerdas que se afinan 

Detrás de esta canción 

Se monta el juego de la vida 

Si hay lluvia o sol, si no hay descanso 

Hay unas manos que practican insistentemente 

Más allá del dolor. 

Detrás de una canción

hay una historia 

Hay una humanidad

buscando ganas 

Es un mundo creado

desde las soledades 

Para alumbrar los tiempos

que faltan por andar 

Es la expresión de esfuerzos,

de solidaridades 

De abrazos y miradas sin ensayar. 

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