Conversaba hoy con un querido amigo sobre el tema de las cantoras. Tema complejo este, que muchas veces se trivializa o se reduce a blancos y negros, oscureciendo los matices que siempre contienen estas discusiones.
Me narraba que en una ocasión escuchó de un amigo la frase que titula este texto. Me sorprendió lo contundente de la afirmación, porque usualmente que la trova es de hombres es algo que se asume como un hecho, aunque no se dispara de una manera tan burda. Se disimula detrás de acciones que aparentan no tener nada que ver con prejuicios, sino con la calidad del trabajo musical, o la popularidad -casi siempre alcanzada a fuerza de dinero- de tal o cual artista, cuando se elige, por ejemplo, a quiénes contratar para un festival, a quiénes auspiciarle un concierto, a quiénes invitar a formar parte de un evento colectivo. Desde una mirada objetiva, cuando examinamos el balance de géneros que fácilmente tenemos disponible en los anuncios o la promoción de tales eventos, siempre, sin excepción, notamos una evidente mayoría de voces masculinas. Y sí, esto podría justificarse con el hecho de que muchas cantoras no son "conocidas", por lo tanto no reciben auspicio y sobre esta base se decide no contratarlas. Puede que sí. Démosle el beneficio de la duda.
Pero entonces aparecen frases como ésta. La trova es cosa de hombres. He escuchado otras: las mujeres no venden discos, esa muchacha no es muy linda, esas canciones son raras. A veces incluso nos preguntan si nuestras canciones son composiciones nuestras. Y finalmente, nuestras canciones quedan ahí, para aquellos que saben romper barreras y buscar buena música, más allá de la industria, de la publicidad o de las fórmulas de siempre.
Pienso entonces en Violeta Parra, cuyo cumpleaños se celebró el pasado viernes 4 de octubre. La más grande de los grandes. La que impuso una nueva forma de hacer canción. La mamá de los pollitos. Busquen a la Violeta, escuchen sus canciones, y díganme, entonces, si la trova es cosa de hombres. Cuán injusto eso, cuán cerrado de visión.
Yo celebro la diversidad de voces fuera de toda limitación de género (musical tanto como de identidad) porque todas esas voces enriquecen mi vida. Escojo, entonces, trabajar con todos y con todas, si encuentro belleza en ellas. Pero me aseguro de hacer el esfuerzo de buscar las voces que no están en el "hit parade", o las que intentan ser escuchadas y encuentran dificultades, que son voces ricas, honestas, que puedo perderme si no las busco, si no sintonizo la onda del radar que me permita verlas. Porque estamos ahí, contra viento y marea, ofreciendo buenas canciones, espectáculos de altura, y música hermosa y sabrosa.
Siempre me conmueve que nuestra querida y gran Violeta sea conocida y apreciada dentro y fuera de Chile. Creci en Chile con la musica de Violeta, aprendi a bordar y a cantar y a crear espacios comunitarios para compartir la cultura rica del pueblo, de los campesinos, de la gente a quien ella apreciaba como lo haría cualquier antropóloga, pero ella con mucho corazón y ningún reconocimiento académico ni presupuesto. Violeta, nuestra Paloma Ausente sigue siendo apreciada en Puerto Rico por mujeres valientes y musicas magnificas que aunque marginadas por la sociedad, han seguido cantando y forjando su propia ruta en la lucha por la independecnia, la dignidad, la justicia social. Hubo una vez una cantora y guitarrista Boricua que…